El bacalao se desala, se le quita la piel y las espinas, y se hierve un momento en agua sin sal.

Se escurre enseguida y se pone, cortado a pedazos, en una cazuela, con los ajos enteros, perejil y cebolla picada, aceite, pimentón y agua que lo cubra, dejándolo cocer hasta que se consuma ésta.

Entonces se deshace 1 cucharada de harina (previamente tostada en la sartén) con 1 cucharada de vinagre y un poco de agua, y se añade al bacalao, agregando también un poco de perejil finamente picado con un diente de ajo ( que se apartará de la cabeza entera al principio).
Se deja que hierva esta salsita unos instantes ( ha de quedar justa) y se sirve.

domingo, 9 de septiembre del 2001