1º. Los salmonetes se vacían y limpian, secándose con un trapo limpio.
Se espolvorean de sal fina, se enharinan y se fríen en aceite caliente hasta dorarse.
2º. En una sartén aparte y en otro poco de aceite, se fríe un par de cucharadas de pan rallado ( no muy tostado), añadiendo al final un poco de perejil finamente picado.
3º. Los salmonetes se ponen en una fuente, se riegan con limón.
Se sirven sin esperar.

sábado, 24 de noviembre del 2001